La experiencia ha sido muy positiva, Tamara nos ha puesto un notable J aunque yo prefiero no comentar la guerra que dio la peque con el secador L… Je, je, je… Tamara la verdad es que se portó muy bien, le daba premios y muchos cariñitos y enseguida se ganó su confianza. Así que al final, Luna no quería irse de allí y estoy segura de que la próxima vez no tendrá demasiado inconveniente en volver…
Por lo demás, el mes está yendo tranquilo. Las clases de obediencia están dando sus frutos en casa aunque en clase la hemos tenido que castigar ya un par de veces… parece que se aburre y lo que está claro es que le gusta mucho más jugar con el resto de los peludos sea o no el momento. Así que… es lo que tiene, al que no obedece se le manda fuera L Pero, por lo general, estamos muy contentos. Parece una perra lista, demasiado a veces para nosotros dos… Este fin de semana hemos preparado un conejo al horno, buenísimo; como no nos lo hemos terminado, hemos dejado el resto en el horno, con la puerta entreabierta y… si ya lo digo yo, la perra muy lista y nosotros “un poco tontos” (inocentes más bien porque no volverá a pasar…), en cuanto nos hemos descuidado se lo ha terminado ella misma. Sin comentarios.
Aquí os dejo unas fotitos entre las que destaco las de Aralar entre póneys. La socialización ha dado sus frutos y. como se ve, reacciona muy bien hacia los animales del monte, bien sean caballos, ovejas, vacas… ¡A ver si sigue así!